Dos años después de que la famosa oveja Dolly llegara al mundo, convirtiéndose en el primer mamífero clonado a partir de una célula de animal adulto, el Consejo de Europa aprobaba la primera norma internacional que prohibía la clonación de seres humanos. Era el 12 de enero de 1998 y el protocolo fue firmado ese mismo día por diecinueve países.
Han pasado veinte años y la clonación humana sigue sin estar permitida en la mayoría de países del mundo, aunque sí se investiga con otras modalidades de la tecnología, según la regulación de cada Estado. Nuevas técnicas de edición genética como CRISPR Cas/9 están obligando a los países a replantearse sus leyes bioéticas: ¿ha llegado el momento de permitir la clonación humana?

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