La comunicación es algo inherente al ser humano. Para enviar mensajes a cortas distancias y en tiempo real, nuestros antepasados idearon sistemas visuales y auditivos, como las señales de humo o los lenguajes silbados. Cuando las distancias aumentaban eran muy útiles las cartas, pero no llegaban en tiempo real. El telégrafo y el teléfono solucionaron ese problema. El nacimiento de Internet supuso una auténtica revolución en la transmisión de mensajes y el primer paso de lo que está por llegar.

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