«El ordenador cuántico será una realidad en 20 o 30 años»

Un bollo de canela, una rosquilla y un bretzel –un dulce con dos agujeros–. Para explicar el Premio Nobel de Física del año pasado, Thors Hans Hansson, miembro del comité, mostró en la rueda de prensa los tres bollos. Aunque resulte sorprendente, estudiar las transiciones de fase topológica de la materia –que era lo que reconocía el premio– tiene que ver con el número de agujeros de estos dulces. A un topólogo poco le importa el sabor (al menos para diferenciarlos). En lo que se va a fijar es en la invariante topológica, que es la cifra de agujeros.

La topología describe las propiedades que permanecen intactas cuando un objeto se estira, se retuerce o se deforma. Dejando a un lado la repostería, los avances en los materiales topológicos serán decisivos para el santo grial de la computación: el ordenador cuántico. Su conductividad o sus propiedades para almacenar energía son idóneas en la carrera de la computación.

En esta competición lleva años enfrascada Claudia Felser (Alemania, 1962). La directora del Instituto Max Planck para la Química Física del Estado Sólido de Dresde (Alemania) calcula que el ordenador cuántico será una realidad dentro de unos veinte o treinta años. Felser ha participado en la Escuela Internacional de Verano Nicolás Cabrera, celebrada en la localidad madrileña de Miraflores de la Sierra y organizada por el Instituto Universitario de Ciencia de Materiales Nicolás Cabrera y la Fundación BBVA.

Apasionada por estos materiales tan exóticos –que no deja de explicar imitándolos con sus manos–, la investigadora alemana sueña con que el espíritu emprendedor de Silicon Valley llegue a Europa para que el viejo continente lidere la carrera de la tecnología cuántica.

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Fundación BBVA.

Puedes leer la entrevista completa en EL ESPAÑOL.

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