Los koalas son de los mamíferos que más cariño despiertan entre grandes y pequeños. Su apariencia amigable y su fama de dormilones –pernoctan 14 horas diarias– hacen que pasen desapercibidas otras cualidades que les han convertido en auténticos supervivientes.
Son la única especie viva de la familia marsupial Phascolarctidae y en esta fortaleza ha tenido mucho que ver su alimentación a base de hojas de eucalipto. Una reciente investigación publicada en Nature Genetics ha revelado cómo sus genes les han permitido digerir estas hojas altamente tóxicas que matarían a la mayoría de los mamíferos, una habilidad que las madres transmiten a sus retoños generación tras generación.

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