Diferentes especies del mundo animal, como murciélagos, delfines o ballenas emiten sonidos para situarse en su entorno y localizar presas. Esta habilidad, la ecolocalización, no es tan excepcional como parece, también la tenemos los humanos.
Con chasquidos producidos con la boca y cierta práctica, cualquier persona puede desarrollarla. Sin embargo, son los invidentes quienes mejor la manejan y la explicación podría estar en sus cerebros. Los científicos están investigando cómo funciona y de qué forma puede ayudarnos a mejorar la sensibilidad sensorial. ¿Estamos ante el ansiado sexto sentido?

Puede leer el artículo en castellano y en inglés en OpenMind.