Cuando el explorador británico James Cook (7 de noviembre de 1728 – 14 de febrero de 1779) se embarcó en su primera expedición científica, la Royal Society le hizo dos encargos: que observara el tránsito de Venus sobre el Sol desde Tahití y que trajera información del continente más austral, descubierto el siglo anterior. Observado el tránsito astronómico, el HMS Endeavour que capitaneaba Cook puso rumbo al nuevo continente, donde encalló con la Gran Barrera de Coral el 11 de junio de 1770. La tripulación pasó más de seis semanas arreglando el barco en una playa cercana en la que desembocaba un río –que Cook bautizó como Endeavour–, y allí se relacionaron con los aborígenes locales, conocedores desde hace siglos de esta maravilla natural. Muy querida por los australianos, el conjunto de arrecifes –cuyo origen se remonta al Mioceno– se enfrenta a importantes amenazas que están poniendo en riesgo su supervivencia y la de las especies que la habitan.

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