Un faro de ciencia en Oriente Medio

Cuando se marchaba de un mitin en Tel Aviv (Israel) en el que apoyó el proceso de paz entre Israel y Palestina, Isaac Rabin, el entonces primer ministro israelí, fue disparado por la espalda por un joven judío extremista, contrario a estos acuerdos de paz. Era el 4 de noviembre de 1995 y Rabin murió al poco de llegar al hospital.

Unos días después, en el desierto del Sinaí, protegidos del viento en una tienda beduina, científicos israelíes, palestinos, jordanos, egipcios y marroquíes guardaron un minuto de silencio en recuerdo del primer ministro asesinado y de todos los que habían muerto luchando por la paz.

En esa reunión, sobre las arenas del desierto, brotó el germen de crear en Oriente Medio una instalación científica de excelencia que, además de atraer y retener talento científico, sirviera como símbolo de cooperación y paz en una región tan convulsa.

Veintiún años después, la idea ha cristalizado en el sincrotrón SESAME, un tipo de acelerador de partículas que genera haces de luces muy intensos y que se sitúa en la ciudad de Allan (Jordania). Está previsto que entre en funcionamiento a finales de este año, aunque los primeros experimentos no se esperan hasta principios de 2017.

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Puedes leer en EL ESPAÑOL el reportaje completo.

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