En un momento determinado de la evolución, el ser humano se diferenció de los primates pero todavía no sabemos ni cuándo ni cómo ocurrió. Evan E. Eichler, investigador en Ciencias Genómicas de la Universidad de Washington (EE.UU.), ha descubierto que la duplicación de un gen pudo marcar la diferencia entre el cerebro del Australopithecus y el nuestro, el del Homo. Su investigación, publicada en la revista Cell, sugiere que esta anomalía genética tuvo lugar hace tres y dos millones de años, y que está relacionada con el desarrollo neuronal que nos humaniza.

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