Las astillas, los huesos de aceituna, las plantas acuáticas o las hortalizas en mal estado pueden servir como fuente de energía. Hablamos de la agroenergía, un sector en constante innovación que contribuye a luchar contra los gases de efecto invernadero y que mejora la gestión forestal. Los agricultores piden más apoyo para estas tecnologías tan ligadas al mundo rural.
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