Dormir una sola vez al día, por la noche, es algo típico en nuestras sociedades pero no siempre ha sido así. La luz artificial supuso un antes y un después en la evolución del sueño. Esta función, común en el reino animal, tiene millones de años de antigüedad. La irrupción de los dispositivos tecnológicos le está robando horas a la noche, lo que supone menos tiempo para descansar.
Puedes leer el reportaje completo en el número de febrero de la revista Muy Interesante.