Tras el asesinato de Julio César, las revueltas sociales que acabaron con la República romana y auparon al Imperio pudieron estar relacionadas con un fenómeno natural ocurrido a miles de kilómetros: la violenta erupción de un volcán en Alaska. Vulcanólogos, geólogos e historiadores han descubierto la presencia de estos piroclastos en hielo ártico, lo que explicaría por qué en esa época hubo una drástica bajada de las temperaturas en el hemisferio norte y aumentó la hambruna.
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