Entre los economistas hay consenso en que no actuar frente a la crisis climática saldrá mucho más caro que actuar. Pero más allá de las inversiones de gobiernos y empresas, cada ciudadano tendrá que cambiar su estilo de vida para adaptarse a la nueva situación. La reducción del gasto energético y una vuelta a los orígenes serán clave para este desafío de la especie humana.
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